domingo, diciembre 26, 2010

Para siempre.

De una forma o de otra, estando juntos o no, viéndonos cada día o viéndonos una vez al mes, sigues siendo mucho, quizá demasiado. Quizá siempre seas demasiado. Y quizá lo único que nos quede sea acostumbrarnos a vivir con ello, con ese demasiado, aunque de vez en cuando duela. Hasta que nos volvamos a encontrar.
Será así. Estoy más que seguro.


Te quiero.

lunes, diciembre 20, 2010

dejarse llevar suena demasiado bien


Hay cosas que cuando no salen bien, por mucho que lo intentes, aunque lo hagas con todas tus fuerzas, aunque te dejes la vida en ello, nunca van a poder salir bien. Sin embargo hubo un alguien que inventó el tiempo, y que hizo que con el paso de éste, las cosas cambien, y no solo de aspecto, si no también las circunstancias que las envuelven. Tal vez este no sea un buen momento o tal vez nunca exista un momento adecuado. Pero no le tengo miedo al tiempo, porque también existió un alguien que me dijo que no hay de qué preocuparse, porque el corazón manda y el tiempo dispone. Asi que dejémonos llevar, y que sea lo que tenga que ser cuando tenga que ser y como tenga que ser.

de menos a más


Y después de un tiempo de reflexión sólo concluyo una cosa: la vida hay que vivirla al máximo y no existe cosa mejor que levantarte sonriendo, seguir haciendolo durante el día y acostarte sabiendo que no podrías ser más feliz.

cosas de la vida



En aquel momento miré hacia atrás, pero ya no estaba. Se había ido. Se había marchado, y sabía perfectamente que esa vez lo había hecho para siempre. Me paré a pensar en lo que sería de mi y en lo que debía hacer a partir de aquel momento. Estaba claro que ya nunca volvería a ser el mismo, porque nadie me iba a dar todo lo que ella me aportaba cuando me regalaba una sonrisa. Y en cuanto a lo que debía hacer, todo se resumía en dos opciones posibles: La primera, huir, escapar, salir corriendo, ser un cobarde, como quien aplaza un examen porque cree que así estudiará mas. Por otro lado, podía aceptarlo, aceptar que ya nunca iba a volver, asimilar que la idea de tí y la idea de mí ya nunca estarán relacionadas, comprender que todo tiene su momento y que todo lo que empieza, acaba.
Me haces falta.

lista de peticiones.

Por pedir, pido veinticuatro horas a tu lado en las que nos dé tiempo a todo menos a perder el tiempo. Por pedir, pido que me baste ese día para convencerte de querer estar conmigo para el resto de tus días. Por pedir, pido y preciso que exista un preciso momento, en el que se te escape un beso cuando menos te lo esperes, y cuando más lo lleve esperando yo. Por pedir, te pido en una tarde lluviosa, dentro de una casa sin gente, sobre un sofá sin cojines. Por pedir, pido dar un paseo al mismo paso, frenarnos en seco de repente, y mojarnos los labios sin que nos vea la gente. Por pedir, pediría siete mil peticiones más, alargaría la lista hasta quedarme sin papel, y lo reciclaría para seguir pidiendo. Por pedir, me pido sorprenderte...que te dejes sorprender....que te guste que te sorprenda.

fecha de caducidad


Podrá parchear una relación, pero al final, volverá a pasar lo de siempre. Que en un momento dado saltarán pedazos, como tantas otras veces. Porque uno es como es, y no es fácil dejar de serlo para querer a alguien, es casi un combate perdido de antemano. Asi que lo mejor que nos podría pasar es que las relaciones sentimentales vinieran con fecha de caducidad, como los yogures. Así sabríamos de antemano cual es la fecha del final, y no perderiamos el tiempo en inseguridades, sospechas, ni discusiones. Nos dedicaríamos a disfrutar cada momento hasta la última décima de segundo. Aunque si lo piensas, lo bueno de no tener fecha de caducidad, es que nos permite seguir soñando con que, esta vez si, ese yogur, pueda conservarse para siempre.

Y si la única razón eran las ganas, ya no existe tal razón.


Ahora miras hacia otro lado, te vas, no me sonríes. Ya no te apartaré más el pelo para besarte. Ya no hay respuestas. Ya no hay esperanza. Tanto buscar para terminar chocándote contra una pared. Y detrás de una pared ya no quedan más que otras paredes esperándote. Hace poco me recordaron cuando fue la primera vez que me rompí en mil pedazos como un vaso cayendo al suelo.. Siempre hay algún pedazo que se queda bajo la alfombra. Siempre.

La única verdad es que no hay verdad.

A partir de entonces las cosas fueron diferentes. Aquella vez estaba convencido de que en la historia de su vida acababa de haber un punto y aparte. Ni él la cogería más de la cintura, ni ella le abrazaría sin motivo aparente. Y digo aparente porque en realidad siempre tenía una razón por la que abrazarlo. Se querian y se tenian las ganas suficientes como para hacer de ellas una historia. Pero ya no. Para aquel entonces ya era demasiado tarde. Le sobraban los motivos para no fiarse de nadie, y ni mucho menos de ella, pero le faltaban las agallas necesarias para tirar adelante sin su "te quiero" de antes de irse a dormir. En aquel momento sacó a relucir todo el orgullo que habia estado tragando durante todo aquel tiempo atrás, y fue capaz de destrozar todo lo que le recordaba a ella, hasta su olor. Los días siguientes fueron una lucha constante entre lo que quería y lo que debía hacer, y a pesar de no encontrar el sentido a las cosas, supo elegir lo correcto y no autodestruirse con cosas que solo le perjudicaban.

escasez de cariño


-Nunca he dicho que no te quiera.
+Tampoco has dicho que lo hagas.
-Siempre le buscas tres pies al gato.
+Todo sería más fácil si me dijeses la razón por la que no quieres que estemos juntos.
-Tú y yo somos como un coche mal asegurado. No cubrimos los daños a terceros, pequeño.
+No sé si reírme o llorar.
-Ríete, que estás más guapo.

como si el mundo se acabara después

Que hay que entender que hay cosas que no tienen explicación, y que hay veces que no depende ni de uno, ni de otro. Ni de ti, ni de mi. Sin embargo, en cuanto a lo que a nosotros nos respecta, hay que darlo todo. Por ambas partes; a partes iguales. Hay que avivar siempre la llama. No es cuestión de palabrería barata, sino de hechos que demuestren. No hablo de un "te quiero" cada noche antes de irte a dormir, sino de que me sigas llevando por todos esos sitios tan altos cada día, en cada momento. Que esto del amor es como una planta, y que si no la riegas, se acaba secando.