lunes, diciembre 20, 2010

Y si la única razón eran las ganas, ya no existe tal razón.


Ahora miras hacia otro lado, te vas, no me sonríes. Ya no te apartaré más el pelo para besarte. Ya no hay respuestas. Ya no hay esperanza. Tanto buscar para terminar chocándote contra una pared. Y detrás de una pared ya no quedan más que otras paredes esperándote. Hace poco me recordaron cuando fue la primera vez que me rompí en mil pedazos como un vaso cayendo al suelo.. Siempre hay algún pedazo que se queda bajo la alfombra. Siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario